Hablando de valores...
Una sociedad sin violencia
Por: Katherine Medranda Ortiz
Todo el planeta está atemorizado por la ola de violencia que se manifiesta de muchas maneras, como la destrucción de la madre naturaleza por la propia mano del hombre, un ejemplo de crimen brutal hacia la vida misma, terrorismo, guerras entre naciones, pueblos o hermanos, que solo dejan pestes, huellas de dolor, hambre y pobreza extrema, la violación de los derechos humanos proyectada desde muchos ámbitos como el familiar hasta el social, religioso, político y económico.
La violencia se expresa no solo a través de actos inhumanos como el crimen, la violación, maltrato infantil, agravio físico y psicológico a la mujer transmitido en especial a través del machismo, sino también a través del aborto que es un atentado a la vida, dado en el impulso violento de los sentimientos justificados por la desesperación, el tráfico de estupefacientes, órganos, niños y mujeres para la proliferación de enfermedades como la adicción a las drogas por el consumo, sida a través de la prostitución y tantos otros males.
En la actualidad algunos medios de comunicación se han convertido en otra fuente del accionar violento del hombre que desde niño ya tiene un esquema perfecto de enseñanza a través de lo que lee, mira o escucha, con esto se puede observar que la violencia no solo se alimenta y adquiere desde el hogar a través de conflictos; sino que la televisión, prensa, radio y el internet son cómplices muchas veces a través de la proyección de programas que contribuyen a reforzar este mal, perdiendo credibilidad como formadores para enriquecer y llevar al firme desarrollo a toda una sociedad.
Los antivalores lamentablemente cada día se adueñan más del corazón humano, manipulando su mente y jugando con sus emociones, convirtiendo al hombre como tal en un esclavo de sus malas acciones por falta de amor y raciocinio.
Es necesario tomar medidas emergentes en torno a la VIOLENCIA, desde el núcleo familiar como ente fundamental de la sociedad en sí, educando con amor y disciplina a los hijos, controlando con equilibrio sus actividades diarias, transmitiéndole valores a través del ejemplo y alimentando seguridad, carácter firme y poder de decisión en ellos, que serán las bases para el triunfo o fracaso de sus vidas.
La gran campaña “El machismo es violencia” resume una realidad a nivel mundial, que dá muestra sobre todo de un análisis profundo del tema, que permita comprender que la violencia empieza por lo que a veces se considera menos importante hasta llegar a una escalofriante realidad dada en los más grandes crímenes de toda la humanidad.
“La violencia se ha convertido en una cadena degenerativa que está destruyendo los valores humanos”.
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