13 mar 2010

La salvación de la familia


"La salvación de la familia"
“Es necesario restaurar los valores afectivos y morales en la familia”.
Que felicidad causa mirar a las familias reunidas sin importar la ocasión que lo amerite y que tristeza causa mirar otras familias divididas por innumerables razones, es precisamente en éstas donde es necesario accionar.

Solo el efecto multiplicador de la enseñanza a base del ejemplo es lo que produce grandes cambios a nivel de la humanidad; si practicamos el bien otros tratarán de imitarlo, si hacemos el mal también otros lo harán. En la familia se dan las famosas cadenas costumbristas que afectan cada generación, divorcios, enfermedades físicas y mentales, prostitución, delincuencia entre otras que pasan de padres a hijos, hijos a nietos, nietos a bisnietos…

Es vital empezar a “romper cadenas” que solo conducen a dividir las familias, si bien es cierto atravesamos por tiempos modernos donde hombre y mujer tienen igualdad de derechos, esto permite a la mujer sentirse más segura e independiente, sin que sus derechos sean atropellados y no viéndose obligada a sostener un hogar agobiado por la violencia y el abuso, precisamente para dar a sus hijos una mejor calidad de vida; esto es lo correcto, los valores dan el entendimiento y calidad del Ser para saber que hacer sin lesionar la unidad familiar. Un divorcio o separación no tiene que ser una excusa para dividir las relaciones afectivas entre padres e hijos, lamentablemente muchos involucrados juegan con las emociones de sus hijos para influenciar en las decisiones de sus parejas, sin duda un grave error.


Con frecuencia se observan familias con una unión falsa ante la mirada de la sociedad, que con sus ejemplos inhumanos e inmorales atentan contra la formación de las generaciones más jóvenes que miran con curiosidad las actitudes de sus mayores, así mismo se pueden ver otras que enfrentan con valentía las pruebas permanentes que las llevan a separarse, sin que esto lesione la comprensión real de lo que es “unión familiar”. Padres divorciados que dan un tiempo mucho más de calidad y valioso a sus hijos, que otros que los tienen las veinte y cuatro horas del día consigo.


Sin duda este mundo es contradictorio y muchas veces incomprensible en sus acontecimientos, los seres humanos generalmente jamás están satisfechos con lo que tienen, sin ponerse a pensar un instante en la bendición que han recibido tan solo por el hecho de decir “Mi familia”. Que ironía amigos mientras unos se quejan otros anhelan con todo su corazón poder alcanzar tal milagro.
Hay que trabajar en el rescate de los valores familiares, comenzando desde las cosas más sencillas y positivas que se han transmitido a lo largo de los años, como orar y agradecer a Dios, compartir una anécdota, ser amigos sin mirar niveles de jerarquía, ser solidarios en los momentos difíciles de cualquiera de sus miembros pensando que atañen a todos, convivir en paz, comunicarse con respeto y con la verdad, practicar el humanismo y la generosidad con los demás, pero sobre todo sembrar amor que es el arma más poderosa para consolidar la unión familiar.

“La familia es el pilar que sostiene firmemente una sociedad en desarrollo”.